29 oct 2011

¿A dónde va parar el odio?

- Corté mi pelo... mucho.
- Cambié la distribución de mi habitación.
- Compré vestidos, varios.
- Cero deporte.
- Mi gata ya no es mi guaterito personal, no duerme conmigo.
- Como sano, sanísimo todos los días.
- Ya no suelo salir de casa con amigos "donde sea".
- Me he olvidado de las cosas que me apasionan, por precaución. En vez de marchas, viajes, conocer lugares/personas nuevas, cantar y saltar en el bar que solía pasar mis -penas, alegrías, frustraciones, nada- LEO. Leeeo, leo todo y de todo.
En resumen, transito entre: dormir-comer-leer-visita médica-música. Y así, corren los días sin que entienda qué está pasando...

Hasta que algo así, un día cualquiera remece mi mañana:


Y veo que... hay varios amigos allí, y llega a mí la culpa, la pena, la rabia acumulada hace años de no poder estar, de no hacer nada, el miedo!. Entonces por instinto natural quiero correr y saber que se encuentran bien. Que lo que me enseñó la cátedra de DD.HH. en esa misma Universidad, ese mismo personaje que se reía y disfrutaba de la golpiza que propinaban a futuros profesionales, fueran algo más que lindas palabras.


Ahora bien sé que no puedo hacer nada, pero que si no estuviera creciendo alguien en mí hubiera luchado de la misma manera que ellos. Pido además de todo corazón que la vida haga justicia, que cuando mi hijo en unos años cuando vea todo esto no tenga que recibir una respuesta asquerosa de mi parte, que sienta tanto odio en su corazón como yo cuando miro el pasado y me lo explican mis padres, abuelos, tíos y me avergüenzan. Que además.. nunca tenga que sufrir acosos, golpizas, persecuciones.. por exigir un derecho, oportunidades..  algo noble, algo mínimo.

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